¡Ay de aquel que navega, el cielo oscuro, por mar no usado
y peligrosa vía, adonde norte o puerto no se ofrece!
Don Quijote, cap. XXXIV

Powered by Blogger

 Subscribe in a reader

segunda-feira, novembro 26, 2007
 
CRONISTA TUCANOPAPISTA MENTE



O cronista tucanopapista Reinaldo Azevedo gaba-se em sua coluna de hoje de ter criado um neologismo, que já teria passado para as novelas da Globo. Escreve o chapa-branca:

Pobrismo....
Hehehe...

Uma palavrinha criada pelo Tio Rei foi parar na novela das oito — quer dizer, das nove... Uma personagem lá acaba de dizer algo como: “Ser rico é o grande problema no país do POBRISMO.” Criei o vocábulo no Primeira Leitura. O arquivo do site não está no ar, mas as revistas estão aqui, bem guardadinhas. Vou ver se consigo achar o texto em que escrevo largamente a respeito.



Ora, este neologismo foi criado pelo escritor argentino Alejandro Rozitchner, em trabalho publicado em 2005, na revista Notícias, sob o título "Una visión pobrista". A palavra se refere a uma mentalidade surgida lá por 2001. Pobrismo é entendido como "no ver ni entender que pagar los altos precios que requiere la realización de una persona madura o de una sociedad madura es lo que permite elevar el nivel de vida, como si la finalidad de toda la sociedad y en especial de sus dirigentes, fuera ante todo la de no modificar la existencia de una pobreza a la que se dice querer eliminar pero a la que se reivindica al mismo tiempo, como cultura popular, como expresión de sabiduría y campo de valores superiores" y también como "hacer de la comunidad carenciada una comunidad virtuosa"; como “no aspirar a una vida plena sino a la mera supervivencia" entre varias interpretaciones de un término que define sobre todo un modo de encarar la realidad y de mirar al mundo.

Y a las prueba me remito. Vejamos este texto de Rozitchner, publicado na Web em julho de 2006:

Friday, July 07, 2006

El pobrismo

Alejandro Rozitchner sobre el pobrismo, una de las variantes del “tercermundismo” y de la “teoría de la dependencia” a la que adherimos con mayor pasión en Argentina.

Esta manera de encarar la vida es sin duda uno de los principales sostenes culturales de la creencia de que menos es mejor que más, la base de la Argentina post golpe de fines de 2001:

El pobrismo no es un mecanismo de dominación, es una visión de la sociedad, una filosofía de vida, una versión del mundo. Como forma de dominación es muy imperfecta, ya que debe pagar un altísimo costo en la violencia que engendra y en la potencial revuelta justiciera que hace asomar en el horizonte. El pobrismo es una forma de vivir la vida y de pensar el país, una manera reducida de concebir al ser, la creencia absurda de que el destino se manifiesta como una serie infinita de carencias y que cualquier propuesta debe respetar el peso de ese límite. La carencia es promovida como si se tratara de una prueba de honradez, como si ser honrado fuera no aspirar a más porque todo querer nos compromete en los caminos del mal. Su moral es una moral de quedados que dicen estar siempre bajo una voluntad ajena, cuando por lo general antes de la existencia de esa voluntad enemiga lo que se evidencia es la falta de una voluntad propia.

El pobrismo es la política de la neurosis, de aspirar a poco, el plan de no pagar, no ya la deuda externa sino ninguno de los precios que una sociedad debe pagar para conquistar un buen nivel de vida generalizado. Ni pagar cada persona los precios de su crecimiento personal, se trate de su crecimiento afectivo, laboral, espiritual, de cualquier tipo. Pobrismo es no ver ni entender que pagar los altos precios que requiere la realización de una persona madura o de una sociedad madura es lo que permite elevar el nivel de vida, como si la finalidad fuera ante todo la de no modificar la existencia de una pobreza a la que se dice querer eliminar pero a la que se reivindica al mismo tiempo como cultura popular, como expresión de sabiduría y campo de valores superiores. Pobrismo es hacer de la comunidad carenciada una comunidad virtuosa, del hombre caído un personaje siempre más valioso y mejor que el hombre entero y capaz de algo. Pobrismo es confundir el hecho de que es necesario ayudar y asistir y educar y formar a quienes padecen de miseria con la creencia de que a ese estado se llega por haber sido bueno.

Pobrismo es rechazar el crecimiento por ver en la riqueza que este genera la huella del diablo, pobrismo es ser más sensible a las pérdidas que todo crecimiento siempre produce que a los beneficios de tales metamorfosis. Pobrismo es estar enamorados de los momentos débiles del desarrollo, preferir subrayar esos costos antes que hacer pie en los posibles resultados de las apuestas osadas y tal vez exitosas. Pobrismo es no aspirar a una vida plena sino a una mera supervivencia, lo que constituye una forma de involucionar. Pobrismo es no querer crecer, ver en el crecimiento una tentación indebida, tener un repertorio de ideas para afear el camino de quien quiere crecer, para arruinárselo, con la moral absurda de que si yo no puedo o no quiero tampoco debe poder o querer nadie. Pobrismo es mirar para atrás, pensar para atrás, querer para atrás, asegurarse la quietud con estratégicas morales de respeto y de temor. Pobrismo es creer que el temor es una reverencia frente a una instancia importante que debe respetarse, no captar la debilidad que ese temor entraña y no querer por lo tanto nunca superarlo.

Pobrismo es creer que la gente que tiene plata no puede querer el bien del país y por el contrario creer que lo que quiere y decide alguien en mala situación es siempre bueno y correcto. Pobrismo es creer que las malas ideas, las comprensiones limitadas de la situación, desde el momento en que se tornan masivas se vuelven también verdaderas e imprescindibles.

Pobrismo es, para un político, cortejar a la pobreza como a una novia, siendo incapaz de generar otra estrategia de poder que la de reinar en el vacío. Pobrismo es depresión de líder que no puede dejar de querer reinar pero no sabe bien para qué, y pobrismo es también suponer que a todo líder le pasa lo mismo, dar esa versión miserable de los hechos según la que todo en el fondo responde al mismo vacío. Pobrismo es halagar al sentido común, halagar al pueblo en sus aspectos más quedados y conservadores, pobrismo es conformar ese poder de un pueblo encaprichado con el facilismo, armar una ciudadanía con el lomo de sus prejuicios bien sobado, contenta de ser mediocre y tiránica a la hora de descalificar cualquier instancia que busque desafiarla, hacerla crecer, llevarla a confrontar con sus límites de comodidad y a desprenderse de su moral de pobreza justa, de pobreza racionalizada, de pobreza padecida pero de la cual siempre otro es responsable, de pobreza que se convierte en plan del lucha en contra de aquel que osó no ser pobre para castigar su osadía.

Pobrismo es preferir no hacer olas y quedarse en el confort y la retroalimentación que produce el grupo de frustrados, es no querer explorar las posibilidades disponibles, preferir el juego de rechazarlas a todas para hacer más fuerte el sentido colectivo de la frustración y centrarse en una lucha inverosímil e inventada, falsa, optar por culpar al rico, al menos pobre, al que busca, como si fuera responsable absoluto de la existencia de las dificultades que se padecen.

No digo que nuestra sociedad sea total y fatalmente pobrista, pero me parece productivo mirar a la cara estas tendencias poderosas en nuestra vida social, porque es el único modo de aspirar a desactivarlas. Hay entre nosotros también otras visiones, más capaces y más vitales. Sería bueno distinguir unas de otras y aprender a apoyar las tendencias más aptas para aprovechar lo que de positivo tiene nuestro momento actual. Argentina tiene necesidad de enormes dosis de buena conciencia, es decir, de modos de mirar la vida que la hagan superar las miserias mentales que engendran miserias materiales. Dejar de creer que nuestra pobreza proviene de enemigos feroces, modificar el vicio de crear y recrear nuestros vacíos meritorios.


Ora, o cronista plagiador tucanopapista, o virtuose do cut and paste, já tem idade suficiente para intuir que a mentira tem pernas curtas. Apud Azevedo, pobrismo adquire uma nova conotação: plagiar descaradamente colegas de jornalismo.


PS - Um leitor acaba de me enviar uma referência anterior da palavra pobrismo. Está em Reporte Publicidad, de 2004, e é um achado do blog O Hermenauta (http://www.subsolo.org/hermenauta/archives/2007/11/index.html#008805):

Y lo gracioso es que, de esos rasgos, lo que surge es más pobreza. Es una política del pobrismo. El peronismo bonaerense es pobrista, le gustan los pobres, produce pobres. Es una especie de cristianismo también. Es una mentalidad. ¿Y por que odiamos a los Estados Unidos? Porque no son así. ¿Por qué los EE.UU. pudieron tanto? Porque no son así.